El gran incendio.
Los señores Park se quedaron pasmados, ambos se voltearon a ver, después los dos miraron a su hijo y por último volvieron a mirar a Jungkook.
—¿Qué clase de broma es esta, joven Jeon?
—Ninguna broma, de hecho, nunca se retiró la petición de mano, nunca me lo permitieron, me cerraron la puerta sin más —Jungkook habló tranquilamente—. No los culpo, me lo merecía... pero ahora he rectificado y vuelvo a solicitar su permiso para casarme con Jimin.
—¿Qué está ocurriendo aquí, Jim? —le preguntó el señor Park a su hijo.
Jimin trató de razonar un poco lo que diría, no quería provocar el enojo de sus padres, ni la testarudez de Jungkook, se encontraban en un punto donde toda la sociedad tenía los ojos puestos en ellos.
—¿Les parece hablar del tema al término de la función? Ya escuché la tercera llamada —y se dirigió a su palco esperando que sus padres lo siguieran, cosa que ocurrió.
—Vaya con Jimin, de verdad en el futuro será un buen negociante, qué diplomacia —Jungwon no salía de su asombro.
—No lo alabes tanto, que todo esto lo hizo para huir de mí.
—Y muy bien hecho, casi me da un infarto cuando te escuché, este no es el sitio, Jungkook.
—No me sermonees, vamos a nuestro palco.
El telón se abrió, y una cascada de suspiros femeninos se escuchó, en el escenario se encontraba Min Yoongi, quien se hubiera hinchado de orgullo al tener a toda las damas atentas a sus palabras, pero el joven actor estaba concentrado en sus líneas, su potente voz llenaba todo el teatro y conmovía corazones; pero a Jimin se le figuró que de vez en cuando la mirada de Yoongi escudriñaba a la audiencia, tal vez en busca de una cara conocida y especial. También pudo notar que en primera fila se encontraba Chou Tzuyu, en su silla de ruedas lucía como centinela, custodiando a un precioso tesoro.
Una mala vibra sintió por su izquierda, los hermanos Jeon con sus padres, más a su derecha algo lo hizo estremecer, la mirada de Jungkook, que lejos de seguir la obra, sólo lo miraba, hasta que Jungwon le llamó la atención y entonces pudo poner ojos y oídos en el joven australiano.
Jungkook trataba de poner atención a la obra, Min era un actor esplendido, y lo estaba desaprovechando, pero esa figura espigada de la izquierda no lo dejaba concentrarse.
Volteó a su derecha y encontró una figura conocida.
—Jieun, la hermana de Yoongi.
—¡Shhh! Baja la voz —le murmuró Jungwon.
—Siempre que la miro, me recuerda a Junghyung —comenzó también a murmurar—. Todavía conservo las fotos que coleccionábamos en el colegio.
Jungkook sonrió melancólico, recordando aquellos tiempos en los que su hermano y él iban a los conciertos, obras de teatro y estrenos de cine de la famosa actriz, una a la cual admiraban mucho, no quiso ponerse triste y se obligó a dejarlos a un lado para poder seguir la obra.
El primer acto terminó y todos salieron a los pasillos.
—¿Es usted el joven Park? —le dijo un mozo del teatro.
—Así es.
—El señor Min lo espera en su camerino, dijo que sería breve.
Jimin volteó a ver a sus padres.
—Una persona solicita verme, no se preocupen no es Jungkook, y no tardaré, se los prometo.
—¿Estás seguro? Esto es muy extraño —se preocupó la mamá de Jimin—. ¿Quieres que te acompañe?
—No será necesario, el mozo me guiará y me traerá de vuelta.
Y así, siguiendo al mozo, Jimin llegó al camerino de Yoongi que estaba abierto. Tanto el mozo como él fueron testigos de que ocurría una discusión. El mozo se disculpó con Jimin, no quería enfrentarse con los causantes de esa pelea.
Este avanzó hasta quedar en el umbral del camerino, observó que Tzuyu tenía la cara cubierta de lágrimas, pero sus ojos no reflejaban tristeza, sino furia.
—¡Estás esperando que él venga a verte!
—¡Ya tienes mi respuesta!
—¡No permitiré que te aleje de mí!
—¡No puedes impedirlo!
De pronto, se percataron de la presencia de Jimin.
—¿Y quién es este? —bramó Tzuyu.
—Es mi invitado, retírate Tzuyu, todo lo que te tenía que decir, ya lo hablamos esta mañana.
—¡Pues yo no he terminado!
Tzuyu empujó su silla de ruedas y Jimin se hizo a un lado para no ser atropellado por ella. Más en un instante se detuvo y miró a Jimin, el menor nunca había visto tanto rencor y tanto odio, en unos ojos tan bellos.
—¡Tú debes ser su amiguito! ¡Le traes recados de ese estúpido!
—¡Vete Tzuyu! —casi suplicaba Yoongi.
Tzuyu continuó su camino perdiéndose en el pasillo.
—Discúlpame, Jimin —habló más tranquilo ya penado—. ¿Gustas tomar asiento?
—No gracias, no puedo tardar mucho.
—Yo tampoco... soy el actor principal.
Jimin sonrió ante la atípica conversación que tenían.
—Antes que nada, una disculpa por lo que pasó en el departamento de Taehyung, te diste cuenta que estaba escondido en su cuarto, ¿verdad?
—Sí —se sonrojó un poco—. Pero confío en que Tae supo manejar la situación.
—Me temo que mejor que tú con la "jirafa elegante".
—¿Escuchaste todo? —dijo con el rubor a todo lo que daba.
—Fue imposible no escucharte, pero no te apenes, sé que pronto tendrás a tu "jirafa elegante" comiendo de tu mano, como yo lo estoy por Taehyung —y su seguridad dejó paso a su preocupación—. No asistió a la función, ¿no es así?
—No.
—Me lo dijo, pero en el fondo yo tenía la esperanza de verlo entre el público.
—¿Quieres que te dé mi opinión?
Yoongi solo asintió con la cabeza.
—Taehyung no se sentiría tranquilo con Tzuyu rondando por aquí, ¿te imaginas que hubiera ocurrido si ve la discusión que tuviste con Tzuyu?
—Tienes razón, pero desde que llegué a Seúl, necesito su presencia para seguir adelante... ¡Dios! Yo le prometí terminar mi relación con Tzuyu y lo he cumplido, sólo velaré por su seguridad económica y su salud.
—No creo que Tzuyu lo haya aceptado.
—Tendrá que aceptarlo, no voy a permanecer a su lado por una absurda promesa que me consumiría poco a poco hasta morir.
Por una fracción de segundo, Jimin no sabía sí hablaba de Tzuyu o de él.
—Por favor "ratoncillo tímido", dile a Taehyung que acepte verme, que soy un hombre libre, no me atrevo a volver a su departamento porque seguramente no me dejaría entrar.
—Capté el mensaje, hablaré con Tae, ahora me retiro.
—El mozo te llevará de regreso.
—No lo creo, huyó cuando te oyó discutir con Tzuyu.
—Lo lamento, pequeño ratón.
—Jimin, me llamo Jimin y no te preocupes, sabré regresar.
El menor salió y después de caminar por el largo pasillo, ya no estaba seguro de poder regresar por sí solo.
—Vamos Jimin, no te acobardes ahora —él solo se daba valor, mientras avanzaba con pasos vacilantes—. Toda la culpa la tuvo los gritos de Tzuyu, yo no quiero llegar a hacer como él, no quiero terminar amargado, guardando tanto odio y rencor.
Jimin siguió caminando entre pasillos y telas, telas y telas... una puerta.
—¡Vaya! Buena la he hecho, salí al recibidor del teatro, ¡a ver si me dejan volver a entrar!
Todas las personas regresaban a sus palcos y butacas para la continuación de la obra teatral, Jungkook buscaba en dirección del palco de los Park, pero no habían entrado todavía.
Finalmente, los señores Park ocuparon su lugar, pero Jimin no estaba.
—Jungwon, ¿por qué está haciendo mucho calor?
—¿Sientes calor? De hecho se siente el aire pesado.
De pronto, un murmullo empezó a crecer, Jungkook comenzó a presentir que un terrible suceso se acercaba. El murmullo se transformó en exclamaciones, las exclamaciones en gritos.
—¡Fuego! ¡Fuego! —la voz de alarma recorrió todo el teatro.
El telón estalló en llamas y la gente se levantó de sus lugares y corrieron a la salida, pero el fuego era más rápido, las telas que cubrían las paredes, también sucumbieron y los empujes comenzaron a provocar pánico.
Jungwon y Jungkook salieron de su palco para encontrarse con una avalancha de personas queriendo salir.
—Jungwon, necesito buscar a Jimin.
—Vamos al palco de los Park.
Cuando llegaron, los señores Park ya estaban en el pasillo.
—¡Jim! ¿Dónde está Jimin? —preguntaba con angustia.
—No lo sabemos, no regresó de su visita.
—¿Cuál visita?
—¡Jungkook! Salgamos de aquí, las llamas ya treparon por los palcos, quizás en el camino lo encontremos.
Corrieron junto con la muchedumbre hacia la salida. Jungkook buscaba y buscaba la figura de Jimin. Al bajar las escaleras, el crujido de la madera asustó más a la gente, que empezó a pisotear a los caídos.
—Ese muchacho —dijo la señora Park—. Con ese muchacho se fue Jimin.
De un jalón, Jungkook atrapó al mozo que también huía.
—¡Espera! ¿Dónde está Jimin?
—¿Quién? —respondió asustado.
—El joven Park.
—Fue a hablar con Min Yoongi a su camerino.
—Llévame a los camerinos.
—¡Ni loco regreso ahí! Es donde empezó todo.
—¡Sólo dime por donde ir! ¡Bueno, lleva a los señores Park a la salida! ¡Yo iré por Jimin!
—¡Pero yo te puedo ayudar a buscarlo!
—¡No perdamos tiempo! ¡Esto se viene abajo! —y se alejó a contracorriente del mar de gente, que a Jungwon no le dio tiempo de detenerlo.
✧✦✧
Jimin estaba en el recibidor tratando de convencer al empleado de que él ya estaba en los palcos y que por equivocación fue a dar ahí.
—¿Por qué no me cree lo que... —algo raro percibió su olfato—. ¿No huele a humo?
—No quiera bromearme para poder entrar.
—¡Shhh! Escuche. ¿Qué es ese sonido que viene de adentro?
El empleado puso cara de fastidio y abrió la puerta que daba a las butacas de la sala del primer piso y una muchedumbre se abalanzó sobre de ellos, empujándolos contra la pared.
—¡Dios mío! ¿Qué sucede?
Como pudo, trató de llegar a las escaleras que iban a los palcos, pero cada paso que daba, retrocedía dos y peligraba caer y ser aplastado por lagente. De pronto la imagen de Jungwon se distinguió de entre todas, su gran altura le permitía avanzar.
—¡Jungwon! ¡Jungwon! ¡Aquí estoy!
—¡Jim! —Jungwon se dirigió hacia él y al llegar, Jimin vio detrás de él que venían sus padres, al verlos los abrazó.
—¿Se encuentran bien?
—Sí, estamos bien, el joven Jeon nos ha ayudado a salir, tenemos que irnos de aquí, el teatro se está quemando —apresuró el señor Park.
—¿Y Jungkook? —dijo al no notar su presencia—. ¿Dónde está Jungkook?
—Supo que fuiste a ver a Yoongi y fue a buscarte a los camerinos.
—¡Tengo que ir a buscarlo! —en un arrebato trató de entrar, más Jungwon se lo impidió.
—¡Suéltame Jungwon, tengo que ir a buscarlo! ¡Por mi culpa puede morir!
—¡No hay nada que hacer! —y lo tomó del brazo arrastrándolo hacia la salida.
✧✦✧
Jungkook había llegado al pasillo que daba a los camerinos, pero solo era una pila de llamas hambrientas, que devoraban la madera y las telas del lugar.
—¡Jimin! ¡Jimin! ¿Dónde estás? —el joven solo pensaba en el menor sin importarle la seguridad propia.
Escuchó unos gritos lejanos y se dirigió hacia ellos, más en el camino un madero se precipitó encima de Jungkook, quien por intuición alzó el brazo para protegerse. Un agudo dolor se apoderó desde su hombro hasta la punta de sus dedos, siguió caminando hacia las voces, para encontrarse con Yoongi con una mano tapándose una herida en su costado y con la otra cargando a Tzuyu, quien gritaba como loca, queriéndose soltar de Min, con sus manos quemadas.
Yoongi estaba a punto de desfallecer, tenía el rostro enrojecido y le costaba respirar, Jungkook corrió a auxiliarlos, recibiendo codazos de Tzuyu, se puso uno de sus brazos sobre sus hombros para poder salir de ahí.
—¡Min! ¿Dónde está Jimin?
Yoongi no pudo contestar, solo negó con la cabeza, señalándole el camino comenzaron su vía cruces, Jungkook con el brazo roto seguramente, Yoongi a punto de desmayarse y Tzuyu retorciéndose para zafarse de ellos.
✧✦✧
En el patio del teatro, la gente comenzó a recibir atención médica, algunos por la inhalación del humo, pero la gran mayoría por golpes, pisotones y crisis nerviosa.
—¡Por favor Jungwon! ¡Busca a Jungkook! —suplicaba Jimin sentado en los escalones.
—Cálmate Jimin, nada me gustaría que poder entrar al teatro, pero la policía y los bomberos ya no permiten que se acerque nadie, todo el teatro está en llamas y la Universidad está empezando a arder.
—¿La Universidad? —el menor se paró de un golpe y tuvo la necesidad de comprobarlo con sus propios ojos.
Ahí estaba el legendario edificio, vencido por el fuego.
—¡Jimin!
Park se volteó hacia donde escuchó su nombre.
—¡Taehyung!
Los dos amigos corrieron a abrazarse, Jimin notó que Taehyung estaba cubierto de hollín.
—¿Estabas en el teatro?
—Sí, no podía perderme la actuación de Yoongi, y me instalé en las gradas del último piso. Cuando comenzó el incendio quise buscar a Yoongi, pero la gente que huía me aventó hasta la salida, ahora estoy ayudándolos con los primeros auxilios.
—¿No sabes de Yoongi?
—No —y comenzó a llorar.
—¿Y de Jungkook? —lo miró esperanzado.
—Tampoco.
Jungwon corrió hacia ellos.
—¡Chicos, miren ahí!
Jungwon señaló a lo lejos, por la parte trasera del teatro, en medio del humo, un trío muy peculiar.
—¡Son ellos! —gritó Taehyung corriendo hacia su encuentro, seguido por Jimin y Jungwon.
Taehyung abrazó a Yoongi que se desmayó entre sus brazos, Jungwon tomó a Tzuyu, que seguía luchando por librarse y Seungmin para su buena suerte había llegado a auxiliarlo, inyectándole un calmante para que no se hiciera daño, traía las manos quemadas, Jimin abrazó a Jungkook que lanzó un grito de dolor.
—¡Mierda! —lo soltó al instante—. ¿De dónde estás lastimado?
—Mi brazo derecho... pero me puedes abrazar por la izquierda.
Jimin iba a reprenderlo, cuando de pronto Jungkook se desmayó.
—Amor... despierta —dijo inconscientemente y desconsolado.
La gente comenzó a rodearlos, la hermana de Yoongi llegó, toda golpeada pero viva, los hermanos Jeon empezaron a lanzar amenazas sobre poner una demanda en contra del teatro y todos voltearon a ver la destrucción del teatro y la Universidad.
Debido al incendio, tanto el teatro como la Universidad quedaron en ruinas, imposibilitados los dos edificios para usarse.
El teatro podría permanecer cerrado por mucho tiempo, quizás para siempre, no era importante, pero la Universidad era otro asunto. Las familias adineradas que tenían a sus hijos estudiando en la universidad se reunieron en la casa del rector Youngjae, para discutir sobre lo que se haría para continuar con los estudios de sus hijos.
—Será imposible reconstruir el edificio en poco tiempo, además, el mobiliario y la biblioteca se perdieron totalmente —informó el rector—. La única solución será que compartamos las instalaciones con la escuela de contabilidad.
Un murmullo se levantó entre los presentes y el rector pidió silencio.
—¡Señores! Los socios dueños de la Universidad y sobre todo de la facultad de Economía nos han dado carta abierta al señor Youngjae y a su servidor, para realizar las adecuaciones necesarias y que sus hijos no pierdan muchas clases.
Al fin se pusieron de acuerdo, y a la mañana siguiente de la reunión, carpinteros entraron a la escuela de Economía y comenzaron las modificaciones. Pronto la facultad y la Universidad compartiría el mismo espacio.
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